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En una sociedad católica como la de la Punta del Hidalgo era de uso obligatorio el enterrar a sus muertos en un camposanto, y desde el siglo XVI hasta bien entrado el XX, los vecinos de la Punta no tenían un cementerio propio (lugar sagrado), hecho por el cual debían acarrear a sus seres queridos por espacio de siete kilómetros hasta el camposanto de Tejina, asociado a la ermita de San Sebastián. Estamos ante un testimonio de la vida cotidiana donde se nos muestra lo que pasaban los miembros de la sociedad de ese entonces para poder enterrar a sus muertos según los mandatos de la fe católica, que exigían grandes esfuerzos económicos y de otro tipo a sus miembros para la salvación de su alma. En este sentido podemos observar las dificultades que se nos muestran en el texto para poder acarrear a "un pobre de solemnidad", donde finalmente se tiene que obligar a una serie de vecinos a esta tarea, rehusando a sus obligaciones económicas, sobre todo porque esto les suponía el tener que dejar de trabajar al menos durante una jornada completa. Fuente: Archivo histórico municipal de La Laguna - C-70 oficios de entrada
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Agosto 2024
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